
Hoy está cumpliendo 86 años una persona que indudablemente tiene una gran importancia en la historia de nuestro Club: Carlos Timoteo Griguol. Jugador, técnico, campeón y sobretodo, dueño de un legado que ha quedado en el fútbol canalla durante largo tiempo.
Es difícil resumir la trayectoria y lo que dejó Timoteo en tan solo una nota. De todas formas, te invitamos a hacer un repaso por su vida deportiva, en los siguientes 10 ítems.
1- El primer paso. Lo dio en Atlanta, club que se lo llevó tras una prueba realizada en Córdoba. Desde su Las Palmas (de la provincia mencionada) natal arribó a Villa Crespo para dar inicio a su carrera. Jugó allí entre el '56 y el '65. Durante dicha etapa, ganó la Copa Suecia 1958 con el Bohemio y un año más tarde, la Copa América con la Selección Argentina. Estuvo cerca de conformar la lista para el Mundial de Inglaterra.
2- Destino Central. En 1966, Adolfo Boerio lo trajo al Canalla como refuerzo, buscando sumar jerarquía a la estructura deportiva que el Club tenía. Debutó el 6 de marzo de dicho año en una victoria 1-0 frente a River. Jugó como volante de contención, aunque acercándose a su retiro, también tuvo que desempeñarse como zaguero. Sus números: 146 partidos y 15 goles.
3- A las inferiores canallas. Indudablemente en su etapa como jugador, por su profesionalismo, inteligencia y visión de juego, ya pintaba para ser entrenador. Fue así que cuando se retiró, en 1969, le ofrecieron sumarse a las Divisiones Inferiores del Club y aceptó. Su indudable labor ayudó a forjar cimientos, puesto que muchos jóvenes de la cantera auriazul fueron claves para la gloriosa década del 70 que tuvo Central.
4- Todos los caminos conducían a la Primera. Y Griguol llegó a la misma en 1971, de forma interina. Su debut fue el 22 de mayo, en un empate 2-2 contra Newell's (goles de Bóveda y Poy). Podría decirse que fue parte de la primera obtención de un campeonato del profesionalismo, ya que reemplazó a Labruna en tres cotejos del Torneo Nacional '71.
5- Tomó la posta definitiva. Fue en el Metropolitano '73 para reemplazar a Don Ángel Zof y para dar comienzo a una etapa exitosa, que incluyó la obtención del Nacional 1973, dos subcampeonatos en el '74, la Liguila Pre-Libertadores del mismo año y una gran campaña en la Libertadores '75, donde llegó hasta semifinales y quedó fuera de la final por muy poco.
6- Un plantel campeón con apodo propio. El equipo que condujo y que ganó el Nacional 73 dio que hablar. Hay quienes lo denominaron Los Picadiedras por entender que tenía un juego rústico, aunque efectivo. Pero otros lo denominaron La Computadora, entendiendo que era un conjunto muy inteligente, con todo calculado previamente.
7- Marca distinguida. La imagen de Timoteo palmeando rudamente el pecho de cada jugador que estaba por ingresar al campo de juego es probablemente el "sello" con el que muchos identifican a Griguol en su etapa de DT. Esta fue muy difundida en su época en Gimnasia, allá por los '90, debido a los avances en términos televisivos, pero lo cierto es que es algo que empleó desde sus inicios en Central. "Ocurre que cuando el jugador se está vistiendo antes de un partido tiene como una angustia. Y pegándole en el pecho lo sacás un poco de esa angustia y se suelta más rápido" explicó en su momento.
8- El primer DT de Mario. Cuando Kempes llegó a Central, en el '74, Griguol fue su primer entrenador y quien le dio un gran aprendizaje en su maduración como jugador. Lo quería en su mejor forma física y como consecuencia, lo hizo esperar en el banco algunos partidos para incentivarlo a esa optimización.
9- Maestro. Más allá de sus 254 partidos como DT de Central en sus tres etapas (1971, 1973-75 y 1977-78) y el título mencionado, Timoteo dejó muchas enseñanzas, evidenció progreso y títulos en categorías formativas, ayudó a promover jugadores a la Primera, fue demoledor en los Clásicos y hasta hizo que alguno de sus dirigidos, como es el caso de Cai Aimar, llegara a la carrera de técnico. Comparte una similitud con Ángel Zof: fue jugador del Club pero mostró su mejor faceta como entrenador auriazul.
10- Más allá del Canalla. Pasó por varios clubes del fútbol local y del exterior, pero lo más recordado tiene que ver con los dos títulos que ganó con Ferro (1982 y 1984) y los tres subcampeonatos con Gimnasia La Plata, dejando también una gran huella en esas dos instituciones.